A veces pensamos que para comer sano hay que pasarse horas en la cocina preparando platos complicados con miles de ingredientes sofisticados.
Para mí, cuanto más fácil y simple, mejor.
No suelo seguir recetas al pie de la letra, siempre pongo mi toque personal.
Probar hasta encontrar lo que te gusta es clave.
Interesarte por buscar la manera de sentirte bien, investiga qué alimentos contienen más nutrientes.
Priorizar la calidad y la variedad.
Cuantos más colores tenga tu plato, más variedad de micronutrientes (vitaminas y minerales) tendrá.
No hace falta tener tiempo, hay que hacerse el tiempo para preparar platos que nos llenen, tanto la panza como el alma.