¿Cómo estás?
Muchas de nosotras nos sentimos estresadas, cansadas, sentimos que no tenemos tiempo para nada. Entre los niños, la casa, el trabajo… ¡Estamos desbordadas!
Nos levantamos rápido, desayunamos rápido, corremos a dejar a los chicos al cole, corremos al trabajo… al final del día ni siquiera somos capaces de acordarnos de lo que comimos al mediodía. Seguramente no estábamos presentes cuando lo hicimos.
Cuando comemos, a veces no lo hacemos por necesidad fisiológica. Es un acto rutinario, porque es la hora, porque los demás están comiendo. Lo hacemos de pie porque nos pasamos el día sentadas, o en el coche yendo a recoger a los niños, sin disfrutar del momento, de prisa, casi sin masticar, sin pensar en lo que estamos haciendo.
Es posible que ni siquiera sientas hambre, pero comes para distraerte o para calmarte.
Consejos a la hora de comer:
Siéntate. Frena. Respira. Cálmate y relájate antes de comer. Respira antes, durante y después de la comida. La digestión es un acto parasimpático.
Dedícale 20 minutos a tu comida. Mastica bien. Suelta el tenedor entre cada bocado.
Es mejor comer algo que no sea tan sano pero despacio, que engullir una ensalada de verduras ecológicas apurada. Vas a digerir mucho mejor.
El sistema digestivo funciona correctamente si está relajado.Cuando tu cuerpo nota que estás estresada, envía toda la energía a tus músculos para que puedas escapar de ese «peligro». La digestión no es una prioridad cuando tú corres el riesgo de ser la cena de otro.
Siguiendo estos consejos podrás regular las hormonas leptina y grelina, las encargadas de darle la señal de hambre o de saciedad a tu cerebro.
¡Pruebala y después me cuentas!